
La ansiedad como motor. Lejos de las consecuencias negativas de la ansiedad extrema, sentir esta emoción puede permitirnos protegernos de muchos peligros.
En este artículo, exploraremos cómo la ansiedad, bajo ciertas circunstancias, puede ser una emoción beneficiosa y cómo aprender a gestionarla de manera constructiva.
La experiencia de vivir con ansiedad constante es tan desagradable e incapacitante que, las personas que la sufren, anhelan librarse para siempre de este problema y de sus señales de alarma. Sin embargo, las señales de ansiedad no son malas en sí mismas. Su función es la de alertarnos y activarnos frente a un problema o una amenaza.
Vivimos en una sociedad con un nivel tan altísimo de exigencia que, muchas personas interiorizan, desde su infancia, el patrón de convivir con un nivel de ansiedad extremo. Continuamente, están en la cuerda floja y corren el peligro de desbordarse.
Esta ansiedad extrema acaba por demonizar la esencia de esta emoción tan necesaria. Si continuamente sentimos ansiedad, en los momentos que, de verdad, necesitamos esta señal de alerta para protegernos, seremos incapaces de reconocer el peligro verdadero al que estamos expuestos.
¿Cuál es el nivel de ansiedad deseable?
Normalmente en la primera sesión en consulta, el deseo es no volver a sentir nunca más los síntomas físicos de la ansiedad (ahogo, palpitaciones, sudoración…). Síntomas que en muchas ocasiones conducen a pensamientos catastróficos como el miedo a enloquecer y el miedo a la muerte.
Obviamente, este suele ser el objetivo principal de la terapia, sin embargo, también trabajamos sobre la necesidad de buscar el equilibrio sano en el que la ansiedad no sea la norma, sino una señal natural de alerta que se activa cuando es necesario.
Es normal sentirse nervioso o ponerse en alerta cuando suceda alguna situación peligrosa o incierta, que no sabemos afrontar. En estos momentos, para afrontar la situación con todos los recursos posibles, resulta saludable que se activen nuestras alarmas internas y que nuestro cuerpo se inunde de hormonas de estrés.
Estas ocasiones pueden ser breves, como estar a punto de ser atropellado, o más prolongadas en el tiempo, como ser despedido en el trabajo. En ambas situaciones, resulta saludable y necesario mantener un estado de alerta para saltar y evitar el atropello, o para salir a buscar un nuevo trabajo. Para las personas que sufren ansiedad, el peor problema es que la alerta permanece activada las 24 horas del día, por lo que, cualquier pequeño detalle o un simple pensamiento, puede desencadenar la crisis.
¿Por qué a veces la ansiedad es excesiva?
Este patrón de alerta constante suele originarse en la infancia, cuando los niños no tienen muchas otras alternativas para defenderse y lo único que pueden hacer es prevenir y estar atentos a los posibles peligros.
Cada persona puede llegar a este tipo de patrón por diferentes situaciones o motivos, pero la circunstancia es que se ha aprendido que el mundo es un lugar peligroso (o que algunas situaciones pueden ser peligrosas) y que deben mantenerse, continuamente, alerta y prevenidas para protegerse.
El Papel Evolutivo de la Ansiedad
Desde una perspectiva evolutiva, la ansiedad ha jugado un papel crucial en la supervivencia de nuestra especie. Nuestros antepasados, enfrentados a peligros constantes, desarrollaron la capacidad de anticipar amenazas y reaccionar rápidamente. Esta respuesta de «lucha o huida» es una manifestación de la ansiedad que les permitió sobrevivir en un entorno hostil.
En el contexto moderno, aunque los peligros que enfrentamos son diferentes, la capacidad de anticipar problemas y prepararse para ellos sigue siendo valiosa. La ansiedad puede actuar como un sistema de alerta temprana, motivándonos a tomar medidas preventivas y a evitar situaciones potencialmente dañinas.
Ansiedad como Motor
Uno de los aspectos positivos de la ansiedad es su capacidad para motivarnos. La preocupación por un examen próximo puede impulsarnos a estudiar más, y la inquietud por una presentación laboral puede llevarnos a prepararnos mejor. En estos casos, la ansiedad actúa como un motoor que nos empuja a mejorar nuestro rendimiento y a alcanzar nuestras metas.
Además, una dosis moderada de ansiedad puede aumentar nuestra capacidad de concentración y alerta, mejorando así nuestro desempeño en tareas que requieren atención y precisión.
La Ansiedad y el Crecimiento Personal
La ansiedad también puede ser una señal de que estamos saliendo de nuestra zona de confort, lo cual es esencial para el crecimiento personal. Al enfrentarnos a nuevas experiencias y desafíos, es natural sentir ansiedad. Sin embargo, estas situaciones son oportunidades para aprender y desarrollarnos. Al superar los obstáculos, ganamos confianza en nuestras habilidades y expandimos nuestras capacidades.
Cómo Gestionar la Ansiedad de Manera Saludable
A pesar de sus posibles beneficios, es importante reconocer que la ansiedad puede ser muy invalidante si no se gestiona adecuadamente. Aquí hay algunas estrategias para manejar la ansiedad de manera constructiva:
- Mindfulness y Meditación: Estas prácticas pueden ayudar a calmar la mente y reducir los niveles de ansiedad. La atención plena nos permite centrarnos en el presente, disminuyendo las preocupaciones por el futuro.
- Ejercicio Físico: La actividad física regular libera endorfinas, que son conocidas como «hormonas de la felicidad», y puede reducir los síntomas de la ansiedad.
- Terapia: Identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos para hacer frente a problemas de ansiedad.
- Establecer Rutinas Saludables: Mantener una rutina diaria, con horarios regulares para dormir, comer y trabajar, puede proporcionar una estructura que reduzca la ansiedad.
- Buscar Apoyo: Hablar con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ofrecer una perspectiva nueva y apoyo emocional.
Conclusión
La ansiedad, a pesar de su mala reputación, puede tener aspectos positivos cuando se presenta en niveles moderados y se maneja de manera adecuada. Actúa como un mecanismo de supervivencia, un motivador y una señal de crecimiento personal. Al aprender a gestionar la ansiedad, podemos aprovechar sus beneficios mientras minimizamos su impacto negativo en nuestra vida diaria.
La próxima vez que sientas ansiedad, trata de verla no solo como un obstáculo, sino también como una oportunidad para mejorar y crecer. Al hacerlo, transformarás una emoción comúnmente temida en una aliada poderosa en tu camino hacia el bienestar emocional y el desarrollo personal.
Si por el contrario, el nivel de ansiedad que sientes está invalidando varios aspectos de tu vida y te está impidiendo tener una vida “normal” has intentado todas las soluciones posibles y no te funcionan, no esperes más y pide ayuda de un profesional para que te ayude a aliarte con esta poderosa emoción.
Marta Giner Peñalba