Es muy importante el vínculo en la terapia
Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo
No estoy en este mundo para llenar tus expectativas
Y tú no estás en este mundo para llenar las mías
Tú eres tú y yo soy yo
Y si por casualidad nos encontramos, es hermoso
Si no, no puede remediarse
Firtz Perls
En este escrito, Firtz Perls padre de la terapia Gestalt hace referencia a la actitud del terapeuta en el encuentro con el cliente. Encuentro basado en la conciencia y la responsabilidad de los interlocutores, denunciando por anticipado los juegos de manipulación que pueden tener lugar en esta relación y aceptando que el encuentro entre ambos puede o no suceder sin que eso sea una tragedia.
Puede ocurrir que el encuentro no se de y no tiene que traducirse en culpa sino en desapego. Se trata en ocasiones de aceptar los límites: si el otro no está para trabajar es lícito y no puedes obligarle; y además, ¿por qué esforzarse en trabajar con alguien que no quiere cuando hay muchos otros que sí están dispuestos?
El trabajo de terapeuta es un dar y recibir constante. Todo lo que da, su entrega, le es devuelto. El cliente, sana y el terapeuta también sana algo en cada terapia. Poder estar en escucha activa hacia el cliente, pero también en escucha interna hacia él, conectar con lo que se le “mueva” internamente es en sí mismo sanador para el terapeuta.
Ser terapeuta es ser uno mismo. Lo esencial es su autenticidad y en ésta reside su potencia curativa. Lo importante no son las técnicas-la relación terapéutica ya lo es en sí misma- no es el hacer, sino el ser, ser uno mismo.
En resumen, ser uno mismo implica: estar aquí y ahora, estar consciente y ser responsable, es decir, estar detrás de las propias acciones y sentimientos.
Marta Giner Peñalba